Hipnosis tradicional (por sugestión). La hipnosis tradicional se basa en la inducción de un estado de trance; una vez la persona hipnotizada lo ha alcanzado, recibirá sugestiones en formato verbal en relación a su conducta o a sus contenidos mentales. Así, el objetivo de este método es influir en el comportamiento, por ejemplo sugiriendo a la persona que abandone un hábito o una creencia negativos.
Hipnosis ericksoniana. La hipnosis ericksoniana no se lleva a cabo a través de sugestiones directas, sino de metáforas que favorecen el pensamiento creativo y reflexivo. Debido a esto se le atribuye una mayor eficacia que a la hipnosis clásica en personas refractarias a la hipnosis, con un nivel de sugestionabilidad bajo o que se muestran escépticas con el procedimiento.
Hipnosis cognitivo-conductual. La perspectiva cognitivo-conductual concibe la hipnosis como un conjunto de métodos que promueven el cambio comportamental a través de la sugestión. Se entiende este fenómeno como una consecuencia de la interacción entre factores como el estado de relajación física, el uso de la imaginación o las expectativas y las creencias de la persona.
Autohipnosis. Hablamos de autohipnosis cuando una persona se induce a sí misma este estado a través de la autosugestión. Con frecuencia se utilizan instrumentos que sirven como apoyo; los más habituales son las grabaciones en formato sonoro, si bien también hay aparatos que alteran las ondas cerebrales para modificar el nivel de consciencia.