LA EXPERIENCIA DE UN PSICÓLOGO CON EL ANÁLISIS DE LA CONCIENCIA
PRESENTACIÓN
Me llamo Ángel, tengo 40 años y ejerzo como psicólogo en Castilla - la Mancha donde resido desde hace años combinando cuantas experiencias me permite mi situación laboral y familiar, ya que siempre me ha movido una imperiosa curiosidad por las diferentes disciplinas de estudio del comportamiento humano y el hombre en sus diferentes facetas y dimensiones.
De esta manera llegó a mis manos el libro “La prueba del Alma”, un gran compendio de estudios, investigaciones e indicios y conclusiones sobre la continuidad de la conciencia más allá de la muerte física.
Una vez devoré el referido libro ,decidí participar en una formación realizada por el Instituto Blasco y someterme de forma práctica a un Análisis de la Conciencia, para experimentar en primera persona lo que se refería como una experiencia de vida pasada.
De esta manera, inicié una experiencia siendo guiado por la Analista que llevó a cabo la intervención; fue a partir de una emoción que me gobierna a menudo, la impulsividad, y tras un proceso de relajación profunda y de poner el foco en cómo me hacía sentir esa impulsividad, comencé a visualizar como si de una película se tratase, una peculiar historia en la que me identificaba en todo momento como el protagonista, aunque a su vez, manteniendo una plena consciencia sobre mi permanencia en la cama donde me encontraba acostado.
Pude experimentar una especie de desdoblamiento en el que era capaz de relatar las imágenes que se iban presentando al compás de las instrucciones del experimentador.
De esta manera, tras conectar con la sensación que me producía la impulsividad, me visualicé en una experiencia en la que me identifico como Josef, la cual vivencié de manera muy concreta.
LA EXPERIENCIA
“En primer lugar, me traslado a un momento en la nieve cuando tenía 13 años, junto con mi padre, mi abuela, somos cuatro hermanos, estamos en Prusia, en una granja con caballos, pertenezco a una familia humilde, no hay suficiente dinero y mi padre decide entregarme a un señor (quizá noble) para que cuide a los animales, etc... En ese instante siento que no quiero marchar con ese hombre y visualizo una conversación con mi padre en la que le digo: “yo quiero quedarme con vosotros, yo ayudaré en lo que haga falta”, a lo que él responde: ”no, además ya está decidido porque serás una boca menos que alimentar”.
Siento miedo, desesperación y coraje.
La experiencia continúa visualizándome con diferentes edades, hasta que una me llama especialmente la atención, cuando comienzo a relatar lo siguiente:
Avanzo y me veo en la cubierta de un barco junto a más tripulación, tengo 33 años. Transportamos telas a Prusia desde Escandinavia. Soy miembro de la tripulación pero anteriormente fui soldado o militar; ya no lo soy, puesto que concluí el servicio militar y después me enrolé en este barco, donde mis funciones están enfocadas a la seguridad de la mercancía que transportamos.
Al ser preguntado por la ruta que llevamos a cabo, expreso de forma totalmente espontánea que hacemos una ruta entre Escandinavia y Prusia.
Hay mucho revuelo porque atravesamos una zona de frecuentes saqueos, para seguidamente añadir que han advertido nuestra presencia, y que tenemos que apresurarnos si no queremos que nos alcancen.
Posteriormente, nos alcanzan “los piratas” y me percato de que parte de la tripulación actuaba en connivencia con ellos. Observo cierta complicidad, y cuando soy consciente de ello me genera mucho coraje e impotencia, me siento traicionado.
Al sentir esa rabia se repite la misma sensación inicial que me provocaba la impulsividad.
No intervengo porque son muchos y además creo que puede haber más infiltrados entre los miembros de la tripulación. Finalmente saquean el barco y nos dejan a bordo los víveres justos para llegar a puerto, aunque se llevan toda la mercancía de valor que transportábamos.
Llegamos a Prusia y se nos acusa de la pérdida de la mercancía. El responsable se llama “Olaf”, es muy influyente y lleva a la tripulación ante la justicia entendiendo que todos somos responsables del saqueo. Esa autoridad nos condena y contraemos una deuda con él por el saqueo. Nos condenan a trabajar para él, y me asignan labores de mantenimiento en el puerto.
La experiencia continúa y finalmente avanzo hasta estar postrado en la cama con 68 años. Siento dolor en el costado, como una hemorragia interna, no me voy a curar y finalmente vivencio todo el proceso de fallecer.
Posteriormente visualizo el cuerpo desde el exterior, junto a él, y posteriormente veo una luz muy intensa y me dirijo hacia ella finalizando la experiencia.
LA BÚSQUEDA DE RESPUESTAS
Tras vivir la experiencia anterior, me llamó mucho la atención cómo había relatado de forma espontánea múltiples detalles, así que decidí buscar información acerca de lo experimentado.
Antes de continuar, he de admitir que no tenía conocimiento alguno sobre la existencia real de Prusia, más allá de haber escuchado dicho nombre en alguna ocasión si cabe, aunque tampoco la recordaba conscientemente, ya que puedo decir abiertamente que nunca fui tan buen estudiante de historia como mis maestros o progenitores hubieran deseado, que le vamos a hacer.
Por ello, mucho menos he tenido nunca conocimiento sobre si ese territorio denominado Prusia daba al mar o si su situación geográfica hacía posible un puerto o cualquier tipo de ruta comercial marítima. De la misma forma, tampoco sabía si existía de forma coetánea con Escandinavia, y mucho menos que entre ambas existiesen dichas rutas comerciales marítimas.
No conforme con todo lo anterior, al tiempo que descubría todos esos datos que me dejaban patente que suponía demasiada casualidad el haber relatado de forma espontánea toda esa información y que ésta tuviese una base histórica plausible, descubría para mi sorpresa que entre los años 1780 y 1783 la Emperatriz Catalina II de Rusia fundó la Primera Liga de Neutralidad Armada, que junto con la segunda en 1801 impulsada por Pablo I de Rusia, representaban alianzas militares de poderes navales europeos, cuyo objetivo era proteger los barcos de la política de la marina británica y sus registros en busca de contrabando francés.
A este tratado se adhirieron Dinamarca, Noruega y Suecia (conocidos durante muchos años como Escandinavia), Prusia, el Sacro Imperio Romano Germánico, Holanda, Portugal, el Reino de las Dos Sicilias y el Imperio otomano.
Puedo perseverar que nunca antes había oído hablar de dicha Liga de Neutralidad Armada ni de todo lo relatado anteriormente, y que mi ignorancia en este ámbito era total.
MI CONCLUSIÓN SOBRE TODO LO VIVENCIADO
Seguro que a estas alturas estás tan sorprendido o sorprendida como estuve yo al comprobar cómo existía una correlación tal entre lo que había relatado en la experiencia y ciertos datos históricos totalmente desconocidos para mi hasta entonces.
Además, pude comprobar como la experiencia vivida, ciertamente me ayudó a poner el foco en emociones y sensaciones que más allá de los factores causales, predisponentes o precipitantes en ellas, me afectan más de lo que era consciente y gracias a ello, ahora puedo incorporar herramientas a mi rutina diaria que contribuyan a mejorar mi día a día...y con ello a ser una persona que se conoce mejor, más satisfecha y en definitiva, más feliz.