EXPERIENCIA DE ANÁLISIS DE LA CONCIENCIA
CONCIENCIA PERDIDA
Esta es una experiencia que tiene lugar en mi consulta de Cartagena. La paciente es una mujer de 70 años que acude por cansancio extremo desde que falleció su hermano hace 2 años. En el análisis se aprecia la existencia de una parte de la conciencia de su hermano en el interior de su campo vibratorio. A través de la sesión pudieron despedirse de manera adecuada y liberarse de este peso.
Sonia Andrés Espallardo
Psiquiatra y Analista de conciencia
LA EXPERIENCIA
Aquella mujer me solicitó una cita lo más urgente que pudiera, notaba que no era ella. Sentía un cansancio extremo, que le impedía seguir su ritmo de vida. Se trata de una señora de 70 años, sanitaria ya jubilada. Una persona enérgica, activa, vital. Afirmaba cargar ahora con un gran peso, lo describía como llevar cinco mil kilos encima. Ella había cuidado a los enfermos siempre vestida con una gran sonrisa, entregada su misión, y ayudando de forma generosa a todos sus compañeros durante su vida laboral. Era conocida en el hospital por su espontaneidad, alegría y creatividad. Había criado a sus dos hijos y dos nietos, mostrando su entera disposición incluso en momentos difíciles, mostrando su gran fortaleza y optimismo.
Cuando entró a mi consulta pude ver una mujer poderosa, de elegante presencia, pero parecía que algo estaba apagando su luz. Tenía una mirada profunda, cuyo brillo estaba eclipsado por la pena. Con ansiedad en el habla y notable tristeza me cuenta que desde el fallecimiento de su hermano hace 2 años, no había podido seguir con su vida normal. En su casa sólo podía llorar de manera incesante, y había perdido amistades y relaciones familiares por su actitud en el presente, pues no comprendían cómo había cambiado tanto.
Observo un duelo difícil por las circunstancias en que se desarrolló la pérdida de su hermano. Durante su discurso me indica en varias ocasiones que se encuentra con escalofríos y toda la piel erizada llegando a ser molesto. Me da la impresión de estar demasiado cargada emocionalmente.
Su hermano había fallecido durante la pandemia del Covid19, y debido a las medidas de aislamiento que se decretaron, no pudieron acompañarlo durante su tránsito. Esto había generado mucha culpa y remordimientos sobre todo aquello que no pudieron hacer por él, lo que quisieran haberle dicho, y todo el cariño y cuidados que no le ofrecieron. Durante su ingreso no pudieron visitarlo ni atenderle como hubieran deseado. Él tampoco pudo despedirse de sus familiares pues fue inmediatamente intubado a su llegada al hospital y le fue imposible emitir ni una palabra durante el mes que permaneció en la UCI hasta que llegó el momento de su partida.
Ella fue la única que logró entrar hasta su cama en una única ocasión y pudo hablarle durante un tiempo limitado, mientras imaginaba que él seguía escuchando, resultando muy doloroso este momento. Le expresó cuánto le necesitaban aún, pidiéndole que no se marchara, que se quedara junto a ella, que no la abandonara.
Cuando comenzamos la sesión de Análisis ella refiere notar un gran peso, localizado en su pecho. Con esta emoción y sintiéndola profundamente, la guío al primer momento que notó esta sensación, y refiere estar junto a su hermano.
Entendiendo que esta sensación de carga puede tener relación con la existencia de un alma perdida, que podría ser la de su propio hermano, realizo a continuación el Test de Fiore y observo en la paciente una gran tensión en ambas manos, levantando posteriormente el dedo pulgar.
-¿Que sientes?
-Como si fuera una pesa, de esas antiguas que se colgaban en los pesos de las tiendas, la más grande.
-¿Dónde notas ese peso?
-En el pecho.
-Señálate donde lo estás sintiendo. Y voy a contar hasta tres, y a la cuenta de tres irás a la primera vez que notaste este peso en el pecho. 1,2,3... ¿Dónde estás?
-En el tanatorio. Fortaleciéndome. Me preguntaban a mí para arreglar los papeles, y cosas del cementerio, me fui para acá y para allá arrastrando el dolor.
-¿Y cómo te sientes?
-Muy mal, siento un dolor profundo, que intento tapar con fortaleza.
-¿Y cuál es el motivo por el que no te permites mostrar tu dolor?
-Porque alguien tiene que llevar las riendas de esta situación. Mis hermanas, una por una causa y la otra por lo de más allá, no se hacen cargo.
-¿Cómo está reaccionando tu cuerpo en este momento?
-Es un laberinto. Y después voy a comer con mi nieta y mis hijos, y hago como si no pasara nada, riéndome, para que ella no sufra, porque es pequeña.
-Avanza y dime que ocurre después.
-Yo en mi casa no podía ni hablar, era llorar y llorar. Si me llamaban por teléfono, no podía ni hablar. Mis hermanos se pelearon conmigo, y bloquee a muchas amigas porque me decían que no llorara más. Y sigo llorando igual.
-¿Cuál es el momento más difícil de esta experiencia?
-El no verlo. Acordarme de él, querer decirle algo, y darme cuenta de la realidad.
-¿Cuáles son tus reacciones físicas?
-Llorar todo el tiempo, intentar sacar fuerzas.
-¿Cuáles son tus emociones?
-Tristeza, dolor, vivir por vivir.
-¿Y tus pensamientos?
-Que ya lo tengo todo hecho aquí. Pero me quiero cuidar para que mis hijos no me vean enferma. Intento no deteriorarme con los años, cuidarme física y mentalmente, pero no puedo, es difícil.
-Dime si hay algo que quisieras haberle dicho a tu hermano antes de fallecer.
-Que siento no haber ido antes a verlo, y que me hubiera gustado acompañarle y escucharle, me da pena que él se haya ido con algo sin resolver. Él no pudo decir nada ni despedirse, porque en seguida lo intubaron.
-Déjame tu mano derecha boca arriba, y voy a contar hasta tres y le voy a preguntar a tu inconsciente si hay una parte de la energía de tu hermano dentro de tu campo vibratorio, y si la respuesta es sí tú levantarás el dedo pulgar y si es no, levantarás el dedo índice. 1,2,3.
-Noto mucha tensión en las manos y en los brazos.
Me indica la mujer que está teniendo en su mente una imagen de su hermano, y que lo nota enfadado. Lo ve en su casa, se ha girado y alejado y después lo visualiza sentado en el sofá, de brazos cruzados y expresión de seriedad. Le indico que trate de acercarse a él y le hable con el corazón, intentando conocer cuál es el motivo de su enfado. La paciente me indica que no le habla, permanece encerrado y con la misma actitud.
Le ofrezco la posibilidad de comunicarse conmigo a través de las cuerdas vocales de su hermana, que se ofrece a prestárselas para darle voz y resolver el conflicto. Observo tensión en ambos brazos, que se levantan extendidos. Ella afirma no poder controlarlo y se inquieta. Intento aportarle calma y confianza, para que pueda permitir que su hermano se exprese a través de ella.
-Voy a preguntarle a tu hermano si quisiera hablar a través de tus cuerdas vocales, para expresar todo aquello que le quedó pendiente antes de morir. Hola Juan, voy a estar aquí todo el tiempo, hablando contigo a través de tu hermana, y si tú quieres decirme algo, lo puedes hacer, a través de la voz de ella, que te la está prestando. Ella ha venido hoy a mi consulta para hacer un trabajo, porque se siente muy cansada, desde el día que tú te marchaste y tuviste que fallecer, y dejar el plano físico para estar en el plano espiritual. Mi paciente está sufriendo mucho, nota mucha pena y tristeza, y siente un gran peso que le impide llevar su vida normal. Yo entiendo que tú no querías marcharte todavía, que fue todo muy arrebatado, y que te quedaban cosas pendientes. Si tú quieres te puedo ayudar, a que a través de tu hermana puedas expresarlo para quedarte tranquilo, y para marcharte a la luz en paz, si tú lo deseas. Porque al estar aquí, dentro del campo vibratorio de ella, le ocasionas un cansancio y un peso que le impide funcionar. Además si tu energía está aquí, no se integra totalmente con la luz, que es nuestro verdadero hogar. Cuando tú entres allí te van a recibir tus seres queridos que ya han hecho el tránsito, y te van a acoger. Tendrás una sensación de paz, amor y plenitud absoluta, y desde allí podrás seguir ayudando a tu familia. Podrás cuidarlos y visitarlos cuando quieras, y ya no estarás atrapado aquí, perturbando a tu hermana, ni haciéndole llevar esa carga. ¿Lo entiendes?
-Tengo la imagen de él como muy enfadado, se ha girado y me da la espalda. Ahora lo veo sentado en el sofá con los brazos cruzados, tiene una cara muy seria.
-Escúchame Juan, comprendo que estés enfadado, eras una persona joven y querías haber seguido viviendo, para disfrutar de tu familia, y te quedaban cosas por hacer y por decir. Nadie tuvo la culpa de que tuvieras que estar enfermo, ni que tuvieras que fallecer. Pero sabes, después de morir el cuerpo físico, el alma retorna a la luz. Es necesario que expreses todo aquello que quisieras haber dicho, para que te permitas marcharte en paz, y te reúnas con tus padres, liberando a tu hermana de esta carga. Di todo lo que necesites decir para quedarte tranquilo.
-Que las quiero mucho. Que me he sentido muy querido. Seguid haciendo las cenas familiares, donde disfrutábamos de tanto amor y cobijo. Cuida de mis perros. Decidles a los niños de Senegal que apadriné que hubiera querido ir a verlos. Busca un cuaderno en mi casa, donde dejé unas líneas escritas, me gustaría que tú lo encontraras y lo leyeras.
-Muy bien, ahora me gustaría que entre vosotros os despidierais con mucho amor.
-Te queremos Juan, toda la familia te ama, tus hermanos, sobrinos, cuñados. Has sido muy bueno, una gran persona, un ejemplo de amor, de generosidad. Cuanto frio y hambre has quitado, cuanta gente venía a tu casa a que le dieras algo, no consentías que a nadie le faltara nada. Dame un abrazo, Juanico, te quiero mucho. Necesito que descanses y que poco a poco, nos hagamos a la idea, y que dejemos de sufrir tanto. Imagina que entras en la luz, ve con el papá y la mamá, no tengas miedo, ve tranquilo. Cualquier cosa que necesitemos, podemos vernos en los sueños, sé que me seguirás visitando.
Pronuncia a través de su hermana su malestar por haber tenido que marcharse de esta forma, y su inmenso amor por su familia. A través de mi paciente, comenzamos un diálogo donde él puede expresar todo aquello que no pudo hacer, y después comprender que al permanecer su energía en el campo vibratorio de su hermana ambos se ven perjudicados. Él va liberando su enfado por todo lo que tuvo que vivir previo a su muerte, su soledad, su impotencia; y va comprendiendo que éste era su momento y forma para hacer el tránsito, que tuvo que ser así y nadie tuvo la culpa.
Comunica su cariño a todos sus hermanos, a sus sobrinos, amigos, etc. Después de realizar sus peticiones de cosas pendientes presenta una mayor tranquilidad, cediendo su rabia e ira y dando paso a una sensación de calma y bienestar.
Le hago saber que si su energía va definitivamente a la luz podrá seguir cuidando a su hermana y a todos los familiares, que desde allí les verá y protegerá de una manera más sana, más libre, sin interferir en su experiencia de vida. Toma consciencia del perjuicio que le supone a mi paciente que él permanezca en el campo vibratorio de ella, ocasionándole cansancio, sensación de pesadez, falta de vitalidad. Ambos mantienen un dialogo y se despiden con amor. Ella le asegura que lloraría por él toda su vida, pero comprende que de esta forma sufren los dos. Mi paciente le deja libre para marcharse tranquilo a la luz, y le anima a hacerlo, indicándole que al integrarse en la luz podrá ser acogido por sus padres ya fallecidos, y otros seres queridos que ya están allí. Le asegura que estará en paz, que allí tendrá plenitud absoluta.
Le solicito a su hermano que reviva el momento de su fallecimiento, y que en este proceso busque a su alrededor una luz intensa, donde sus padres vengan a recogerle, que se acerque y se integre en ella.
-Pues mira Juan voy a contar hasta tres y a la cuenta de tres, volverás al momento de fallecer y vas a buscar en esa UCI una luz, en ella están tus padres que vienen a recogerte, imagina que entras en esa luz y te marchas con ellos. Desde allí siempre podrás cuidar de tu hermana, no es necesario que sigas aquí atrapado ocasionándole tanto cansancio. Y cuando ella también fallezca, os encontrareis en la luz, y volveréis a estar juntos, en casa de nuevo. 1,2,3.
Finalmente siente que se ha marchado, y nota que ya no presenta la tensión en los brazos. Afirma estar liberada, haberse descargado emocionalmente, y encontrarse más ligera.
Para terminar la sesión realizo la armonización y cierre del campo vibratorio, situando a la señora en el aquí y ahora, recordando el día, mes y año, y volviendo a la conciencia de su vida presente.