EL ALMA ES LUZ PURA
EVIDENCIA PERSONAL DANIEL WACHTEL
Este es el relato de mi vivencia de pasar a ser LUZ pura y radiante.
Durante el transcurso de mi participación como alumno de Un Curso de Milagros, practicaba meditación en forma constante incluyendo los ejercicios del curso.
Hacia finales del mismo, estando recostado, vivencié una salida de mi cuerpo en forma involuntaria. Pasé un hilo brillante y luego una vivencia sumamente intensa de luz radiante.
Esa vivencia es imposible de trasmitir en palabras, pero sí puntualizar algunos aspectos.
La luz es tan intensa que no existe nada fuera de ella.
En todo momento era consciente de existir, pero estaba totalmente unido a la vivencia sin ningún tipo de pensamiento o sentimiento. Era una plenitud total.
La luz se irradiaba desde un centro un poco más oscuro, un círculo central, a pesar de que el tiempo y el espacio como nos son conocidos, no existían.
Cuando regresé, también de forma involuntaria a mi estado normal de conciencia, me sorprendí de percibir que este mundo que vivimos es mucho más opaco, filtrado y menos intenso del que había vivenciado.
Esa vivencia fue para mí una afirmación clara que la unicidad es lo único real y que el mundo en que vivimos y percibimos es de naturaleza ilusoria.
Con el tiempo dibujé la vivencia que pasé, se pueden ver mi cuerpo acostado, el hilo y la vivencia de luz, pero por supuesto que es una ilustración esquemática de una vivencia indescriptible.
He seguido ahondando mis estudios y practicas espirituales, dibujando las imágenes que recibo y tratando de ver su correlación con la¨realidad¨.
Si bien no he vuelto a vivir una experiencia similar, practico asiduamente la capacidad de poder elegir vaciar la mente, no- mind, o no mente, un estado de plenitud donde no existen pensamientos, sentimientos, pero si una total fusión con el presente y un estado de felicidad y paz interior.
Espero que este testimonio corrobore testimonios similares.
Lo he comentado con la querida Doctora María José Cardoso, quien se dedica a acompañar pacientes en sus últimos momentos de vida e incluso después de la muerte del cuerpo y ha certificado que mi vivencia es real y coincide con los procesos de ir hacia la Luz conocidos por ella.
Será un placer para mi poder colaborar con Nacho Blasco y el Instituto Blasco.
Podemos resumir que todos estamos inmersos en una especie de ilusión óptica que nos hace creer que este mundo es real y no recreado constantemente por nuestra mente, que somos individuos separados, porque así lo percibimos y no conciencias unificadas.